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Arquitectos: Vertentes Arquitetura
- Área: 133 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Leonardo Giantomasi
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Proveedores: Saint-Gobain, Altena, Atlas ceramicas, Benplas, Ceramicas Portinari, Crepan, Fani, Franco Bachot, InterLight, Lepri, Luminatti, Studioluce, Suvinil
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio de la cervecería Van Been fue diseñado para ofrecer fluidez en su relación de espacio interior-exterior, basado en la idea de que el área de consumo, la acera y los espacios abiertos del terreno podrían integrarse en un solo entorno de vida. Para ello, optamos por la estructura metálica como sistema estructural, lo que nos permitió trabajar con luz libre en la fachada frontal, creando un espacio sin pilares cerca de la entrada del edificio, con plena circulación entre el interior y el exterior.
El conjunto de puertas de vidrio fue diseñado para reforzar este concepto, aprovechando las aberturas en la planta baja. Una puerta lateral continua con sistema de “mano amiga” y dos grandes puertas delanteras permanecen abiertas durante el funcionamiento de la casa, abriendo la cámara frigorífica y la zona de descanso a las zonas exteriores y de acceso.
En cuanto a la estructura, trabajamos con un sistema de vigas y pilares metálicos perfilados, utilizando dos módulos regulares de 6,00 por 4,50 metros y un tercer módulo frontal de 3,70 por 4,50 metros. Así, buscamos aportar ligereza estética al conjunto, además de aportar racionalidad y rapidez al proceso constructivo, factor importante a la hora de tratar una obra comercial, con plazos ajustados de finalización. La adopción de este sistema estructural también ayudó a reforzar un concepto estético más centrado en la estetica industrial, algo deseable cuando se trata de una cervecería artesanal con producción propia.
Con el fin de hacer el trabajo más ágil y económico, se acordó con el cliente un programa de uso muy ágil, agrupando los “taps” de cerveza, la cámara frigorífica, espacio para mesas, baños y un pequeño trastero en la planta baja. La planta superior está ocupada por una sala libre, abierta, con infraestructura preparada para albergar un espacio de producción de cerveza artesanal en el futuro (que actualmente se fabrica en otra ubicación).
En cuanto a los acabados exteriores, utilizamos en la planta baja una mezcla de ladrillos cara vista, algo que hace referencia a la arquitectura tradicional holandesa, tierra de origen de la familia propietaria y que da nombre a la cervecería. Por otro lado, la planta superior se cubrió íntegramente con placas cementosas, moduladas siguiendo los intervalos de la estructura, que vuelven a poner en primer plano la estética industrial.
Buscamos establecer elementos de diseño que también agreguen valor al entorno urbano, siguiendo las experiencias beneficiosas que habíamos adquirido en otros proyectos comerciales. En el caso de Van Been, las sutilezas urbanas venían en pequeños gestos como el banco continuo de piedra (granito arenado) proyectado junto a la acera, el generoso y abierto retroceso frontal a la calle y la especificación de un mural artístico que recorre el doble. de altura del edificio, haciéndose visible para los visitantes y para quienes circulan por la calle.
Otro elemento importante en este contexto es el espacio abierto en la parte posterior, que se configura como una plaza de pequeña escala, agrupando espacios para bancas integrados con el paisajismo que queda en el lote. Inicialmente concebido como un estacionamiento, a lo largo del proceso de maduración del proyecto, el espacio se convirtió en un área abierta para uso general, convirtiéndose en un lugar para que el vecindario y los clientes tomaran una cerveza al aire libre o simplemente pasearan a su perro mascota.